"Stone Cold" Steve Austin es considerado por muchos la superestrella más grande de la historia de WWE. El Rattlesnake ha sido noticia recientemente por su posible implicación en WrestleMania 41. Sin embargo, parece que el veterano luchador está más centrado en su físico que de su regreso al cuadrilátero.
En una entrevista para el podcast Bobbycast, Austin reveló su intención de someterse a un reemplazo de rodilla debido a los problemas que arrastra desde que jugaba al fútbol americano antes de convertirse en luchador y una estrella en WWE.
"Eso fue en mi penúltimo año de universidad, cuando sufrí una rotura de ligamento cruzado anterior. Mi primer año en la Universidad Estatal del Norte de Texas, en Denton, Texas. Estaba corriendo en una cobertura, choqué contra el tipo que debía bloquear y caí al suelo. Nunca había sentido algo como lo que sentí en mi rodilla izquierda, y me rompí el ligamento, pero fue una rotura en forma de fregona, donde se desgarra en el medio y los bordes quedan algo deshilachados. Por eso lo llaman 'mop' (fregona)".
"He sufrido lesiones de ligamente cruzado anterior y posterior. Y sabes, necesito una nueva rodilla izquierda, y bastante pronto", compartió Austin.
A pesar de sus problemas de rodilla, Austin aún mantiene la mirada en el futuro, en particular en el brillo de WrestleMania 41, programado para Las Vegas, Nevada, en 2025. "Tienen un plantel tan fuerte, con muchas superestrellas increíbles. Pero si saliera ahí y fuera parte de algo, y pudiera hacer algo positivo que funcione para la compañía y para lo que quieran hacer, y que también satisfaga al público, estaría feliz de hacerlo".
Un reemplazo de rodilla, o artroplastia de rodilla, es una cirugía mayor en la que se reemplazan las partes dañadas de la articulación de la rodilla con componentes de metal y plástico. Este procedimiento se realiza principalmente en personas con dolor severo o movilidad limitada debido a afecciones como la osteoartritis avanzada, la artritis reumatoide o lesiones graves.
La rehabilitación puede durar de 3 a 6 meses o más, dependiendo del progreso del paciente y su condición física previa. El reemplazo de rodilla suele ofrecer una mejora significativa en la calidad de vida al reducir el dolor y mejorar la movilidad.
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