miércoles, 24 de septiembre de 2025

La luchadora Masha Slamovich es apartada de varios shows tras las acusaciones de violencia doméstica

 


TNA

Masha Slamovich se ha visto envuelta en una fuerte polémica después de que su expareja, AKIRA, la acusara de violencia doméstica. En cuestión de horas, varias promotoras independientes anunciaron que la luchadora quedaba fuera de sus próximos eventos mientras el caso genera atención y debate en el vestuario.

Prestige Wrestling fue la primera en comunicar que Slamovich no competirá en Roseland XII. La compañía señaló que ofrecerá actualizaciones más adelante, pero confirmó que el show seguirá en pie el 5 de octubre en Portland (Oregón). Poco después, West Coast Pro informó que Masha tampoco participará en How The West Was Won, agradeciendo el apoyo de los fans y prometiendo novedades en los próximos días.

Masha Slamovich dejará de competir en nuestro próximo evento. Compartiremos más información próximamente. Gracias por el apoyo; nos vemos el 5/10 en Portland.

La retirada de carteles no confirma hechos, pero sí refleja el protocolo habitual en la escena independiente: ante acusaciones graves y alta exposición pública, las promotoras priorizan la continuidad de sus espectáculos y la protección de su marca hasta que haya claridad.

Según informó The Takedown (Sports Illustrated), TNA afirmó que "se toma muy en serio" cualquier denuncia de este tipo y que ya ha iniciado una investigación interna. El asunto ha escalado más allá del circuito indie y entra en el terreno de las decisiones corporativas, donde el control reputacional pesa tanto como el rendimiento en el ring.

La controversia estalló tras la difusión de mensajes privados en los que se cruzan acusaciones posteriores a la ruptura entre Masha y AKIRA. Mientras no hay conclusiones legales ni disciplinarias, el impacto profesional es inmediato: cancelaciones, incertidumbre contractual y un foco público que puede condicionar futuras bookings.

En casos recientes del wrestling, las compañías han optado por medidas cautelares como retirar talento de carteles, abrir investigaciones o revisar políticas internas para ganar tiempo y evaluar información. Aunque cada situación es distinta, el patrón subraya algo clave: la gestión temprana de riesgos reputacionales puede marcar la diferencia entre una crisis controlada y una bola de nieve que afecte a patrocinadores, audiencias y vestuarios completos.

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