Samantha Irvin ha aclarado por fin su situación dentro del mundo del wrestling, y el motivo por el que no volverá a aparecer en AEW, ni en ninguna otra empresa, durante un buen tiempo tiene una explicación contractual. Su ausencia no se debe únicamente a su carrera musical, sino a un acuerdo con WWE que aún la mantiene vinculada hasta 2026.
Según reveló Sean Ross Sapp en una sesión de Fightful Select Q&A, Irvin firmó un nuevo contrato con WWE a comienzos de 2024. El acuerdo incluía una importante subida salarial, pero también una cláusula de no competencia de dos años, una de las más largas de los últimos tiempos, que seguirá vigente hasta octubre de 2026.
"Ella les dijo que no quería seguir siendo anunciadora de ring, pero le ofrecieron una subida considerable", explicó Sapp. "Y con ese aumento, WWE quiso sacar partido: por eso empezaron a enfocarla más en cámara, buscando momentos virales. Pero eso también derivó en críticas y acoso, algo que ella no disfrutaba".
Con el nuevo contrato, WWE redujo el número de anunciadores en carretera para centrar la atención en Irvin, aunque ella ya había expresado su deseo de alejarse del micrófono. Aun así, la oferta económica fue lo bastante buena como para que aceptara, aun sabiendo que eso implicaba aceptar una larga restricción competitiva.
Por lo que entiendo, ella se sintió halagada por la propuesta, pero el contrato incluía una cláusula de no competencia bastante fuerte. Ya ha pasado un año, y le queda otro por cumplir.
El periodista también aclaró que su salida no fue para “pasarse a la música”, como comunicó WWE oficialmente, sino para alejarse del rol de ring announcer sin abandonar del todo la industria. 'La música siempre formó parte de su vida, incluso cuando trabajaba en WWE', subrayó.
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