En febrero de 2002, tras la compra de WCW y ECW, WWE sorprendió al público trayendo de vuelta al icónico grupo nWo (Hulk Hogan, Kevin Nash y Scott Hall). Presentados como un arma de Vince McMahon para "matar a su propia creación", la invasión del New World Order generó enorme expectación entre los fans, pero pronto quedó claro que la ejecución de la historia no estuvo a la altura de su legado en WCW.
En su podcast 83 Weeks, Eric Bischoff repasó la llegada del nWo a WWE. Para el exdirector de WCW, la premisa no encajaba con el personaje de Vince McMahon y el resultado “apestó desde el principio”.
No importa lo listo o creativo que seas, vas a tener ideas realmente estúpidas. Esta fue una de Vince. El planteamiento era ridículo, nadie lo compró. Intentaron vender a McMahon como el malvado maníaco... más allá de las primeras filas, nadie se tragó esa historia.
Bischoff sostuvo que el problema no fue solo la idea, sino su ejecución acelerada y sin mirada a largo plazo. Aun así, cree que la marca nWo podía haberse restaurado con un plan sostenido.
"Claro que podía volver. Harían falta tiempo, planificación y paciencia: dejarlo respirar, dejar que la gente lo echara de menos (al nWo) y luego traerlo de forma inteligente. Había docenas de vías. Pero dentro de WWE lo vieron como un ángulo corto de tres meses para sacar algo de dinero y pasar página", exclamó.
Para Bischoff, el debut del nWo en 2002 terminó siendo una oportunidad desperdiciada: una gran marca con un mal concepto y una peor ejecución que nunca tuvo la inversión creativa necesaria para perdurar. Lo mismo se dijo de la famosa Invasion de WCW y ECW, de la que muchos creen que WWE debía haber esperado a traer a las grandes estrellas del negocio, como Goldberg o Sting.
El momento cúspide del nWo en WWE llegó con la lucha entre The Rock y Hollywood Hogan en WrestleMania X-8. Después de eso, el proyecto se fue desinflando, pese a intentar revivirlo incorporando a míticas figuras de la empresa, como Shawn Michaels.
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