En el mundo del wrestling, hay momentos que marcan y enseñanzas que dejan huella. Así lo dejó claro Karl Anderson al contar una anécdota contundente sobre Roman Reigns, durante su reciente aparición en el pódcast Stories with Gerald Brisco and JBL.
Anderson habló abiertamente sobre errores del pasado, especialmente en su etapa inicial con Bullet Club, cuando el grupo comenzaba a ganar notoriedad, pero los beneficios económicos no eran los esperados debido a fallos contractuales. “He escuchado a mucha gente quejarse de cosas del contrato, del merchandising, de los vuelos o del dinero. Pero con el tiempo entendí que, si quieres algo, tienes que incluirlo en tu contrato... o dejar de quejarte", afirmó el luchador.
La anécdota que más resonó fue una escena en un aeropuerto cuando, durante su etapa en WWE, varios luchadores estaban protestando por los vuelos. En ese momento, Roman Reigns intervino con una frase directa y sin rodeos: “O lo pones en tu contrato, o deja de quejarte”. Anderson lo recordó con admiración: "Joder. Buen punto, Roman".
El mensaje de Reigns fue claro: si quieres privilegios, lucha por ellos cuando firmas. De lo contrario, no vale la pena llorar después. Es una lección que muchos jóvenes talentos deberían tener presente a la hora de negociar.
Actualmente, en WWE los vuelos suelen estar cubiertos para los luchadores del roster principal (Raw y SmackDown), pero no el alojamiento ni el transporte terrestre, que corren a cuenta de cada talento. En NXT, al tratarse de giras más locales, muchos luchadores cubren sus propios desplazamientos, aunque si son llamados a eventos del roster principal, la empresa también les cubre los vuelos.
Sin embargo, el tipo de vuelo y las condiciones pueden variar según el estatus del luchador. Las grandes estrellas, como Roman Reigns, negocian condiciones especiales como vuelos en primera clase o incluso jet privado. En cambio, los luchadores de perfil medio o bajo suelen volar en clase turista y comparten gastos para ahorrar.
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