WWE celebrará este fin de semana un nuevo evento premium en el extranjero, y en esta ocasión será en Arabia Saudí, un territorio estrechamente vinculado a los Estados Unidos y que actualmente se encuentra muy cerca de un foco de tensión internacional. El evento, titulado Night of Champions, está programado para el sábado en Riyadh, y aunque todo sigue en pie, han comenzado a surgir voces internas que ponen en duda la viabilidad del viaje.
Durante los últimos días, diversos portales especializados habían planteado la posibilidad de que WWE reconsidere su desplazamiento, especialmente tras el repunte de las hostilidades en Medio Oriente. La preocupación ha crecido considerablemente tras confirmarse el lanzamiento de misiles por parte de Irán contra una base militar estadounidense en Catar, país cercano a Arabia Saudí tanto geográficamente como en términos de alianzas regionales.
Hasta hace apenas unas horas, no se había filtrado ninguna reacción notable por parte del vestuario o del equipo de producción de WWE. Sin embargo, esa aparente calma ha empezado a romperse. Según ha informado Joey Votes, la persona detrás de la cuenta de WrestleVotes, algunas personas dentro de WWE ya han expresado su preocupación y han pedido que se reconsidere el viaje. El propio WrestleVotes publicó lo siguiente en X:
"Desde la sección de 'era de esperar, pero no deja de ser importante': hablamos con una fuente que formará parte del viaje de WWE a Arabia Saudí este fin de semana para Night of Champions, y nos comentó que espera que la empresa reconsidere hacer el viaje en este momento. Veremos qué ocurre."
Por el momento, WWE no ha emitido ningún comunicado oficial sobre la posibilidad de modificar, aplazar o cancelar el evento. Cabe recordar que la empresa tiene un contrato multimillonario con el gobierno saudí, y los eventos en este territorio se han convertido en una fuente clave de ingresos para la compañía.
Sin embargo, no sería la primera vez que WWE se ve obligada a ajustar sus planes por causas externas. Ya en 2018, tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, WWE mantuvo su evento en Arabia Saudí en medio de críticas internacionales y presiones internas. En aquel entonces, varias superestrellas optaron por no participar, entre ellas John Cena y Daniel Bryan.
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