Janel Grant ha dado un paso importante en su batalla legal contra Vince McMahon y WWE. La exempleada ha presentado una solicitud formal de documentos como parte de su intento por evitar que el caso se resuelva mediante arbitraje, una vía que mantendría el proceso fuera del escrutinio público. Según ha revelado Post Wrestling, el tribunal autorizó a Grant a solicitar pruebas específicas si los demandados continúan insistiendo en mover el caso a arbitraje.
El equipo legal de Grant exige una serie de materiales internos, incluidos correos electrónicos entre Vince y Linda McMahon, borradores del acuerdo de confidencialidad (NDA), archivos de recursos humanos, documentos entregados a investigadores federales, y comunicaciones con el Dr. Carlton Colker, quien recientemente presentó una contrademanda por difamación contra la abogada de Grant. En total, se han solicitado 20 tipos distintos de pruebas.
La defensa sostiene que estos documentos son esenciales para demostrar que Janel Grant pudo haber firmado el NDA bajo coacción, lo que pondría en duda su validez y el uso de la cláusula de arbitraje. "WWE y McMahon tuvieron la oportunidad de entregar voluntariamente la documentación, y se negaron", expresó un portavoz legal de Grant, añadiendo que “no pueden decir que el acuerdo es válido y al mismo tiempo evitar que se investigue cómo se firmó".
En paralelo, los abogados de Grant han pedido al tribunal que detenga los plazos procesales hasta completar esta fase de descubrimiento. Por ahora, la fecha límite para que Grant presente su oposición formal al arbitraje es el 11 de julio, mientras que WWE tiene hasta el 1 de agosto para responder.
El caso que involucra a Vince McMahon y Janel Grant salió a la luz a comienzos de 2024, cuando Grant, exempleada de WWE, interpuso una demanda federal en la que acusó al exdirector de la empresa de tráfico sexual, abuso físico y psicológico, y manipulación. En su declaración, Grant alega que McMahon ejerció control emocional sobre ella durante años, la forzó a mantener relaciones no consentidas y la presionó para firmar acuerdos de confidencialidad con el fin de silenciarla.
La demanda también señala a otras figuras clave de la compañía, como John Laurinaitis, y ha generado un profundo cuestionamiento sobre la cultura interna de WWE. Aunque McMahon rechaza todas las acusaciones, las consecuencias fueron inmediatas: dimitió de sus funciones ejecutivas en TKO Group Holdings y la empresa ha intentado marcar distancia públicamente. El proceso legal continúa y podría representar un punto de inflexión para la reputación de la organización.
Actualmente, tanto McMahon como WWE buscan que el caso sea trasladado a un arbitraje privado, lo que permitiría resolverlo fuera de los tribunales. El procedimiento sigue su curso y podría sentar un precedente relevante dentro del ámbito legal vinculado al mundo del wrestling.
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